Miles de señores y señoras
mayores de edad pasan sus días esperando en asilos las visitas de sus
familiares o amigos y muchas veces se ven completamente desilusionados ya que
nunca llegan.
En Australia un anciano
murió en un hospital en una pequeña ciudad. El señor se encontraba en condición
de pobreza material.
Jamás nadie imaginaba que
este viejo podría llegar a dejar algo tan valioso, pero momentos después de
morir solo, una de sus enfermeras estaba recogiendo las cosas del anciano y sin
querer encontró una fascinante poesía que la conmovió tanto que decidió
compartirla con todos sus compañeros de trabajo del hospital.
Luego de unos meses una de
sus compañeras decidió publicar este poema en la edición navideña de una conocida
revista de esa ciudad.
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¿Qué
ven ustedes enfermeras? ¿Qué es lo que ven?
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¿Qué
piensan sus cabezas cuando me ven aquí?
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Un
viejo testarudo, no muy intelectual.
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Con
actitudes raras y mirada distante.
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Al
que la comida se le cae de la boca y jamás responde.
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Al
que le dicen en alto: "Al menos podrías intentarlo"
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Que
parece no darse cuenta de las cosas que hacen
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Y
que todo el tiempo extravía algo. ¿Una media o un zapato?
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Que,
resistiéndose o no, les deja hacer.
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Que
ocupa sus largos días con el baño o la comida.
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¿Eso
es lo que piensan? ¿Lo que ven?
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Bueno,
entonces abran los ojos enfermeras ustedes no me ven.
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Les
diré quién soy ahora que estoy sentado haciendo lo que me ordenan y comiendo
cuando me lo piden.
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Soy
un niño de 10 años, con padre y madre, hermanos y hermanas que se aman
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Un
chico de 16 años con alas en los pies, que sueña con encontrar el amor.
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Un
novio con 20, con mucho corazón.
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Que
recuerda las promesas que realizó.
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Que
con 25 ya tiene sus propios hijos,
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A
los que ha de cuidar y dar un hogar.
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Un
hombre de 30, cuyos hijos crecen rápido.
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Unidos
todos con los lazos que han de durar
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Con
40, mis niños han crecido y se han marchado
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Pero
mi esposa está conmigo para ver que no entristezco
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Con
50 vuelvo a sostener un bebé
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Volvemos
a conocer a niños, mi amor y yo
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Días
penosos sobre mí, mi mujer ha muerto
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Miro
al futuro y me estremezco
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Mis
hijos tienen sus propios hijos
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Y
pienso en el tiempo y el amor que conocí
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Yo
ahora soy un anciano. La naturaleza es terrible
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Me
río de mis años como un idiota
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Mi
cuerpo decae. Gracia y vitalidad se despiden
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Ahora
sólo queda una roca, donde estaba mi corazón
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Pero
en esta vieja carcaza aún vive un hombre joven
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Y mi
arruinado corazón se hincha
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Recuero
las alegrías, recuerdo las tristezas
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Y
vivo y amo, todos los días
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Pienso
en todos los años, tan pocos y se esfumaron tan rápido
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Acepto
el hecho de que nada puede quedar
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Así
que abran los ojos. Abran y observen
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Nada
de viejo testarudo
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Miren
más de cerca
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¡Mírenme
a mí!
“COMPARTE ESTAS BELLAS
PALABRAS CON TODOS TUS AMIGOS. REALMENTE VALE LA PENA HACERLO Y PODEMOS
APRENDER MUCHO DE ELLAS”
Aporta con un Me Gusta
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